Katharina Grosse
(Alemania, 1961) vive y trabaja entre Düsseldorf y Berlín.
Su técnica consiste en traspasar tanto el umbral del graffiti como cualquier impedimento de superficie, logrando crear superficies de pintura expandida.
Su técnica consiste en traspasar tanto el umbral del graffiti como cualquier impedimento de superficie, logrando crear superficies de pintura expandida.
La artista ejecutará su obra abstracta sobre las paredes de la Sala Blanca del Museo de Arte Contemporáneo, aplicando pintura acrílica a través de un compresor de aire que la distribuye en forma de spray, directamente sobre la superficie (paredes, techo y piso).
Los colores que ella emplea son mucho más intensos de lo que uno espera de las pinturas tradicionales. Son intencionalmente no naturales, sintéticos a la vista, fluorescentes, incluso cosméticos.
"Grosse pinta sobre paredes y techos sin perdonar puertas, pasillos y ventanas siendo el espacio una especie de esponja que absorbe los vibrantes colores.
La característica de estas pinturas es que son un evento único influido por la situación arquitectónica, geográfica y social. Cada proyecto es un descubrimiento no sólo para el observador sino que también para el artista.
La presencia del proceso en sí mismo, la evidencia material de su interacción con la obra fue siempre una parte importante de su trabajo.
Sea intencional o no, la presencia de los colores que interactúan entre sí, brillantes, en algunos sectores, más deslavados en otros, dejan evidencia de lo que ocurrió en el lugar de la acción.
La búsqueda de mayor libertad gestual y su experimentación con los colores la llevaron a cambiar las telas por superficies sin límites y la brocha fue reemplazada por una pistola de spray que aplica la pintura".
Sabine Russ, escritora y curadora alemana residente en Nueva York.
Los colores que ella emplea son mucho más intensos de lo que uno espera de las pinturas tradicionales. Son intencionalmente no naturales, sintéticos a la vista, fluorescentes, incluso cosméticos.
"Grosse pinta sobre paredes y techos sin perdonar puertas, pasillos y ventanas siendo el espacio una especie de esponja que absorbe los vibrantes colores.
La característica de estas pinturas es que son un evento único influido por la situación arquitectónica, geográfica y social. Cada proyecto es un descubrimiento no sólo para el observador sino que también para el artista.
La presencia del proceso en sí mismo, la evidencia material de su interacción con la obra fue siempre una parte importante de su trabajo.
Sea intencional o no, la presencia de los colores que interactúan entre sí, brillantes, en algunos sectores, más deslavados en otros, dejan evidencia de lo que ocurrió en el lugar de la acción.
La búsqueda de mayor libertad gestual y su experimentación con los colores la llevaron a cambiar las telas por superficies sin límites y la brocha fue reemplazada por una pistola de spray que aplica la pintura".
Sabine Russ, escritora y curadora alemana residente en Nueva York.
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